jueves, 1 de mayo de 2008

Que callen los versos

Que callen los versos,
y enmudezcan las palabras,
que florezcan los silencios,
y se fundan las miradas.

Y que la mano queme la piel
y se desnuden los labios,
que los ojos se atraviesen
despacio,
siempre despacio.

Y luego que el mundo acabe,
y llegue a la orilla el barco,
ya siempre estarás conmigo
soñando,
siempre soñando.

Ay del agua que pasa,
el camino y el viento,
las sombras gastadas,
los anillos,
los versos,
la mueca en la cama,
los pasillos desiertos.

Ay la muerte que arranca
el miserable silencio,
el silencio que atrapa,
que se adosa a tu cuerpo,
que te grita invisible
y machaca los huesos
y se filtra intangible
sobre espejos convexos
y que araña
y que labra
los dulces campos del miedo.



Fernando